¿QUIÉN? HERNÁN ZIN (H.Z), BEBE (BB) y JON SISTIAGA  (J.S.).
 ¿DÓNDE? Entrevista en La Casa Árabe de Madrid
 ¿CUÁNDO? Miércoles 10 de diciembre de 2014
 ¿POR QUÉ? Estreno de NACIDO EN GAZA

NACIDO EN GAZA se ha convertido en uno de los documentales más impactantes del año y por tanto, obligatorios. Y es que el documental dirigido por el director y guionista argentino HERNÁN ZIN, que muestra la realidad del pueblo palestino ante su conflicto con Israel, está enfocado desde la mirada de diez niños que viven en la franja de Gaza.

Con motivo de su presentación a la prensa y su estreno en las salas españolas, nos encontramos con el director y con dos de los productores de la historia, la cantante BEBE y el periodista de conflictos bélicos, JON SISTIAGA.

  Lo primero, ¡enhorabuena por este documental! Somos conscientes de lo complicado del tema tratado. ¿Qué es lo que os impulsó a hacer un documental sobre el conflicto de Gaza protagonizado por niños?

 H.Z: Fue una cuestión meramente estadística. La mitad los habitantes de Gaza son niños, la mitad de los heridos son niños y nos parecía muy importante que los protagonistas de esta historia tuviesen voz. Por otra parte, estábamos buscando una perspectiva narrativa en un conflicto con tanta información que fuera más incontestable. Lo que dicen los niños es verdad, tiene que estar presente en el debate a nivel internacional, a nivel ético, en las casas, en todos lados. Queríamos la voz de las principales víctimas. Es importante a la hora de tomar decisiones, de tener una opinión formada al respecto que escuchemos a las víctimas.

  ¿Y es complicado lograr abstraerse del conflicto a nivel general, el lograr dejar a un lado todo lo que pasaba a vuestro alrededor  y centrarse únicamente en estos niños?

 H.Z:  Fue complicado… mucho. Fue luchar contra un instinto que lo tienes muy arraigado. También sabíamos que si la apuesta era una, teníamos que hacerlo hasta el final. En ese sentido BEBE es una gran artista, que nos animaba diciendo que estábamos haciendo lo que habíamos ido a hacer, que era grabar la visión de esos niños.

 BB:  Jajajaja… Les tenía que indicar que se dejasen de rollos y se dedicasen a grabar lo que habían ido a grabar… Se vienen arriba y se ponen a corretear por todas partes…

 H.Z:  Jajaja, es verdad, es verdad. Uno tiene que luchar contra sus instintos más primarios. Sabíamos que íbamos a hacer cine, no un informativo.

  Es ya costumbre en tus últimos documentales que dejes el peso narrativo a los propios personajes. Es el propio protagonista el que cuenta su historia, no se recurre en ningún momento a la voz en off… En este caso, los que cuentan la historia son diez niños que narran su vida desde su perspectiva, ¿ha resultado complicado en algún momento.

  H.Z:  Como en todos mis documentales, me gusta que la gente hable… Y resultó mucho más fácil de lo que en un principio pensamos, realmente nos ha sorprendido el ver la capacidad de expresión, de articulación, los matices del discurso de los niños a mí me ha dejado muy sorprendido y emocionado, tal y como espero que le ocurra al público. Pensábamos que iba a resultar un discursos un poco repetitivo, ¡pero al contrario! Cada niño tiene un montón de recovecos narrativos y de complejidades, que la verdad ha sido todo un acierto el documental.

 J.S.:  Así es. Resultó que las voces de esos niños está lleno de colores y de sus claroscuros. Es una narración muy matizada por ellos. Quizás porque son niños especiales. Llevan muchos años viviendo un horror constante. Ellos se hacen preguntas sobre el mundo y ya tienes un discurso construido sobre lo que pasa y lo que viven.

   ¿Y habéis visto una pérdida de esperanza, de ilusión propia de los niños en ellos o siguen manteniendo las ganas de seguir adelante, de imaginarse un futuro?

  BB:  Yo que no he estado allí y sólo he visto lo que nos han traído ellos, percivo que ese instinto de súper vivencia que tienen tan desarrollado hace que sigan queriendo soñar, a mantener las ganas de volver a ser niños, quieren estudiar, quieren jugar, divertirse… Todo a pesar del lugar donde les ha tocado vivir y crecer. Si no, apaga y vámonos. Todo resultaría mucho más terrible. Es quizás ese instinto de supervivencia lo que me parece más hermoso de este documental, que ninguno habla con odio, sigan manteniendo esa ganas de volver a tener una vida normal.

  J.S.: Es que esos niños siguen siendo niños. A pesar de la madurez de su discurso, en cuanto acababa la entrevista, el chaval se iba a jugar al fútbol con sus amigos a la playa o la cría se iba con su prima a la cama a jugar con sus muñecas y te enseña sus peluches preferidos. En cuanto se ponían delante de una cámara, volvían a ponerse serios y contar lo que les ha pasado. Te quedas completamente flasheado para nuestra mentalidad occidental, son capaces de disociar completamente su personalidad para decir al mundo, ante una cámara, “fíjate lo que me está cayendo por haber nacido aquí y no al otro lado del mar”.

   Claro, que sorprende mucho que con las vivencias que han pasado, tengan aún esa mentalidad…

  J.S. Sí, todos estos niños tienen un bagaje muy duro por detrás. uno de los niños ya ha vivido tres ofensivas ya y sabe que le esperan otras por vivir. Que te relaten que se pasaron no sé cuántos meses en el trastero de su casa mientras duraba el enfrentamiento o que no tenían agua. Son niños que no pierden la esperanza de llevar una vida normal, pero que por el momento están condenados a tener esa vida tan dura.

   HERNÁN, ya te involucraste anteriormente en el conflicto árabe-israelí en 2007 cuando escribiste el libro “LLUVIA SOBRE GAZA”, en el que denuncias la ofensiva sobre civiles palestinos por parte del gobierno israelí, en la operación militar “Lluvia de verano”. ¿Fue un detonante importante para volver allí y realizar este proyecto?

  H.Z: ¡Por supuesto! Es un poco la génesis del documental en el sentido de que tener 500 páginas para reflexionar sobre un tema te deja un poso muy importante. El documental bebe mucho del libro y es un tema por el que me siento muy vinculado al igual que me siento muy vinculado a esa zona del mundo.

   Tenemos entendido que en aquella ocasión recibiste amenazas de muerte, ¿te ha vuelto a ocurrir?

  H.Z.: Sí, en aquel momento recibí amenazas de muerte cuando salió el libro en Argentina. Y de todo se puede esperar con este documental, quién sabe. Te mentalizas de que siempre va a haber gente con actitudes viles, racistas, fascistas. Es en el único conflicto que he vivido en el que se tiende a matar al mensajero, te condenan por ello. ¡Pero ojo! que las cosas cambian. Y como un día se terminó el apartheid  en Sudáfrica, algún día se terminará el apartheid en Palestina. Todo llega, todo llega.

  Supongo que habréis tenido ciertas dificultades o trabas por parte del gobierno israelí a la hora de grabar este proyecto, ¿cómo las conseguiste esquivar?

  J.S.: Yo diría que no hemos tenido demasiadas dificultades, ¿no? Estábamos metalizados de que el objetivo que tenía HERNÁN era el entrevistar a diez niños. Punto. Y olvidarnos de los bombardeos, los morterazos, los misilazos… Para eso ya había periodistas cubriéndolo, día a día. La verdad es que nosotros pensábamos que iba a resultar mucho más dificultoso el acceder a Gaza. Los papeleos que teníamos que rellenar, estábamos seguros de que no nos iban a dejar entrar. Pero todo fue rodado en realidad. Hasta para salir tuvimos suerte, ya que coincidió con una tregua de 12 horas.

  H.Z.: No, pienso que no. Incluso en cuanto a producción, la verdad es que todo ha salido bastante rodado, a pesar de que estás rodando durante un conflicto, durante una guerra de por medio.

   ¿Qué historia de las contadas en el documental os ha impactado más?

  BB: Yo creo que todas. Según vas conociendo cada historia, te vas quedando con la ternura de una, con la sinceridad de otra, cada historia tiene un trasfondo fuerte, hermoso. Peor por decir una, Mohamed, el niño de la primera historia, que recoge las botellas de plástico, y que al final te viene a concluir que él lo que quiere es ayudar a su familia cueste lo que cueste y que no le importa que sea duro. Cómo lo dice y en qué tono lo dice.

  J.S. La verdad que cada historia conmueve y te llega de una forma increíble.

  Por último ¿qué reacción esperáis obtener del público al ver vuestro proyecto?

  H.Z. La verdad es que estamos viendo una magnífica reacción tanto en el público como con las puertas de la industria, que se nos están abriendo. No esperábamos que fuese a causar tal repercusión, pero poco a poco vemos como una película tan pequeña se va a estrenar en cines en Canadá, en cines en España. Ojalá tengamos algún reconocimiento de nuestros compañeros académicos. Tenemos puestas muchas expectativas en ellas, de que se mueva y de que llegue a cuantos más sitios mejor, ya que en más sitios se va a poder escuchar la voz de los niños.

Sonsoloes Caro