La cineasta mexicana MARIANA CHENILLO dirige PARAISO, una historia de amor cercana y modesta que habla sobre los estereotipos que la sociedad nos marca. La película es un trabajo pequeño pero conmovedor, y sobre él nos habla su directora, además de darnos su punto de vista sobre la industria cinematográfica.
¿Qué te llamó del cuento de Julieta Arévalo?
M.C.: Yo fui invitada a participar en este proyecto por el productor de la película, PABLO CRUZ, primero como escritora, y más adelante como directora también. Él creció en Satélite, (ese suburbio de la Ciudad de México donde comienza la historia) y se enamoró del cuento por motivos muy personales que tienen que ver con su propia infancia. En el cuento de Julieta, el protagonista de la historia es Alfredo, el marido, y durante el proceso de la escritura, me di cuenta que yo necesitaba contarla desde el punto de vista de ella, de Carmen. Y así comenzó todo un viaje para mi, porque para dar vida a este personaje que se pregunta sobre el sentido de su propia vida, sobre su cuerpo, sobre su autoestima y sobre lo que ella quiere hacer más allá de su vida familiar, tuve que hacerme esas preguntas a mí misma primero.
Es una historia muy tierna pero no se ablanda al retratar lo cruel ¿Cree que la sociedad es así de malvada?
M.C.: Yo no creo que la sociedad sea malvada, pero sí creo que nos impone modelos a seguir muy estrictos. Sí creo que todos tenemos mucha presión para vernos de tal forma, para lograr ciertas cosas, para mostrar cierta parte de nosotros mismos. Y creo que la era de las redes sociales genera aún más presión, especialmente para los jóvenes. Y tal vez esa presión a veces nos impide preguntarnos qué es lo que realmente necesitamos o queremos nosotros.
En la historia este matrimonio refleja una evolución que va al revés: Alfredo supera el reto y se ven en él grandes logros mientras que para Carmen supone el camino a la depresión ¿Querías enseñar por medio de la dieta la evolución de sus personalidades?
M.C.: La dieta y la pérdida de peso los separa. Ellos han compartido un universo desde su infancia y se han sentido protegidos dentro de él. Y ahora que él pierde peso y ella no, por primera vez ella se siente sola. Y entonces tiene que preguntarse cosas que no se había preguntado antes. Entre ellas, qué es lo que realmente quiere de su vida. Pienso que esa búsqueda, a veces dolorosa, es parte del proceso de los personajes, especialmente del de Carmen.
También se ve un cambio porque se mudan al México D.F, y es ahí donde comienzan las inseguridades. ¿Es el trato de la ciudad tan duro?
M.C.: La ciudad es sólo un símbolo, como lo es el paraíso que dejan atrás. Lo que sucede al cambiar de contexto es que el agua se mete por lugares que antes considerábamos seguros.
En la película el comer adquiera grandes símbolos. Es una gran metáfora a lo largo del metraje: es la felicidad, la recaída, el refugio… ¿En la vida real crees que también lo es?
M.C.: Sí. Por un lado somos lo que comemos y necesitamos comer para vivir. Pero por otro lado, la comida también se puede convertir en un refugio para protegernos del mundo cuando sentimos que las cosas nos sobrepasan. Creo que en la vida, en mayor o menor medida, todos tenemos una relación emotiva con la comida.
La estética está muy lograda en la película, y el vestuario de Carmen también: lleva ropa de colores, joyas de cosas de comida ¿Lo decidiste esto desde el inicio?
M.C.: La vestuarista de la película, ADELA CORTÁZAR, hizo un trabajo fenomenal al encontrar y sugerir muchas de estas cosas. Por un lado están los accesorios divertidos y coloridos, pero creo que de forma más importante está el uso emocional del vestuario. Los protagonistas (especialmente ella) se ven como se sienten.
En los dos últimos años el cine mexicano ha sido uno de los grandes triunfadores gracias a dos de sus grandes exponentes: ALFONSO CUARÓN (GRAVITY) y ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU (BIRDMAN) ¿Cómo ves tú la situación cinematográfica de México?
M.C.: Yo creo que el cine mexicano está pasando por un momento bueno en cuanto producción por su cantidad, su variedad y su calidad. El tema del acceso a la distribución, como en muchos otros países sigue siendo un pendiente a resolver.
¿Y como ves, al ser mujer, el mundo de la dirección? ¿Ya hay más igualdad?
M.C.: Creo que sí, en cuanto a que cada vez hay más mujeres directoras haciendo películas que son exitosas (en diversos mercados y tanto como las de los hombres). Pero creo que los números hablan de que todavía no se alcanza una igualdad total. Más o menos el 20% de las películas producidas al año son hechas por mujeres, cuando en las escuelas de cine el porcentaje de alumnas es casi el 50%.
¿Tienes algún referente de cine español? ¿Hay alguna película española que hayas visto últimamente que te haya gustado?
M.C.: Claro. El cine español con sus clásicos: directores como ALMODÓVAR, SAURA, AMENAZAR, BIGAS LUNA, BUÑUEL, etc. han sido un referente importantísimo para mi y para todos los cineastas de mi generación. La última película española que he visto, de un director muy joven, y que me ha encantado, es 10,000 KM.
¡Muchas gracias María!
M.C.: ¡Gracias a vosotros!
PARAÍSO ya está en nuestras carteleras desde el pasado 10 de julio.
