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EL MISMO CIELO: NUEVA OPORTUNIDAD PARA LA ALEMANIA DIVIDIDA

El mismo Cielo Tom Schilling El Palomitrón

El verano es una muy buena época para repasar los estrenos seriéfilos del año. Entre los más sonados de esta pasada primavera nos hemos encontrado con El mismo cielo, una miniserie alemana ambientada en la Alemania dividida de la Guerra Fría. Movistar Series Extra la estrenó el pasado mes de marzo, simultáneamente a su estreno en Alemania (allí se estrenó en el canal ZDF), aunque en España se dividieron los capítulos en 6 episodios de casi una hora, en lugar de los 3 de casi dos horas originales.

El mismo cielo: las Alemanias de la Guerra Fría

Schilling y Helin El mismo cielo El Palomitrón

Las dos Alemanias de 1974 son el contexto de esta historia, donde Lars Weber (Tom Schilling) es un agente entrenado por la Stasi (el Ministerio para la Seguridad del Estado de la República Democrática Alemana) para infiltrarse en la República Federal Alemana. Para llevar a cabo esta labor de espionaje, Lars deberá seducir a Lauren (Sofia Helin), una mujer que trabaja para el ejército británico. Con un superior que deja bastante que desear, Ralf Müller (Ben Becker), y del que no se acaba de fiar del todo, el agente Weber tendrá que perfilar sus dotes de seductor con otro objetivo.

Este argumento principal nos desvela una RFA sumida en las sospechas a raíz del Caso Guillaume (canciller de la RFA que daba información a la RDA), pero también nos habla de la vida en la Alemania Oriental. La familia de Lars vive en un Berlín lleno de alemanes que buscan desesperadamente el billete que los lleve a la libertad, la Alemania Occidental. Una libertad que, como la perspectiva del tiempo nos ha enseñado, no es tal.

Los puntos flacos de una buena serie

El mismo cielo reparto El Palomitrón

El mismo cielo es una miniserie bastante recomendable, sobre todo hablando de un tema que tiene cientos de versiones cinematográficas (John Le Carré y todo su filón) o incluso otra serie alemana como es Deutschland 83 (a la espera estamos de su segunda temporada). Sin duda alguna, el reparto tiene dos personajes que sobresalen por encima de los demás, interpretativamente hablando. Se trata de Tom Schilling (Hijos del Tercer Reich) y Sofia Helin (Broen), que además de superar con creces al resto del reparto, son los que poseen una carrera con más fama internacional.

Sin embargo, a pesar de ser una buena miniserie, posee algunos fallos que la desvirtúan un poco. Por un lado, la serie tiene un deje excesivamente dramático que no acaba por encajar con la temática principal, es decir, algunas tramas son más dignas de un culebrón de sobremesa, además de ser recursos bastante manidos. Por otro lado, volvemos a encontrarnos con la idea tan básica de que el lado norteamericano/británico es el bueno, mientras el ruso es el mal encarnado en un poder comunista. Mientras la Alemania Occidental solo atiende a la trama política y de espionaje (sin cuestionar en ningún momento sus métodos), la Alemania Oriental es esa dictadura de la que todo el mundo quiere huir. Por supuesto, no estamos diciendo que vivir en la Alemania Oriental fuese el paraíso, sino que siempre es el bando comunista el que se cuestiona las cosas, mientras que el capitalista es presentado como el nuevo Mesías que desde el presente sabemos que no es.

Una miniserie, ¿por qué?

Los seis episodios (tres en la versión alemana) de este miniserie saben a poco, además de dejar algunas tramas abiertas y con una buena posibilidad de continuarlas en una segunda temporada. Tras meses desde su estreno, seguimos sin tener claro si ha sido concebida inicialmente como una miniserie o existe alguna posibilidad de continuarla.

Dirigida por Oliver Hirschbiegel, nominado al Oscar por el El hundimiento, además de escrita y creada por Paula Milne (Small Island), El mismo cielo se encuentra bajo demanda en Movistar+ y es un gran opción para ver este verano. Buenas interpretaciones y una buena trama de espías, aunque en algunos puntos se pierda en el melodrama.

Lorena Rodríguez

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Una tarde, con siete añitos, entré en el salón cuando mi madre veía El Padrino. La escena en cuestión era la del caballo y mi madre me gritó que no mirase, pero miré. Desde aquel entonces no pude dejar de mirar, de observar y soñar. Lo más cerquita que pude quedarme del cine fue haciéndome historiadora del arte. El cine es mi Tardis, un Delorean que me hace la vida real más fácil. Mi primera serie fue Urgencias, siempre fiel, a pesar de lo mal que la trató la tele. No sé decirle que no a una serie.