En 1819, el ballenero Essex, tripulado por 21 marineros, empezó un viaje que se acabó convirtiendo en una de las historias más trepidantes y sorprendentes de la humanidad. Cogiendo como punto de partida la obra literaria de NATHANIEL PHILBRICK, WARNER BROS se aventura a traernos este agitado relato que promete entretenimiento puro y duro. El elegido para encargarse de la dirección ha sido el legendario RON HOWARD. Podemos decir muchas cosas de HOWARD; podemos recordar algunos aciertos como su aparición en AMERICAN GRAFFITI o la gran dirección de FROST CONTRA NIXON o WILLOW; pero también debemos pensar en lo desastroso que fue EL CÓDIGO DA VINCI o EL GRINCH. Es de los directores más irregulares que jamás se hayan paseado por Hollywood y ahora, con EN EL CORAZÓN DEL MAR, no sabemos qué pensar. Viendo las imágenes del tráiler, la verdad es que las expectativas son buenas, pero tampoco vamos a vender la piel del osos antes de cazarlo. La factura parece impecable y tranquiliza ver tantos nombres británicos dentro del equipo técnico, pero, aún así, esperaremos hasta diciembre para tener una opinión sobre ella.
Esta producción, que se ha rodado en gran parte en nuestras Islas Canarias, tiene uno de los elencos más diversos y apetecibles de lo que intuimos para la próxima cartelera comercial navideña. Tres nombres sobresalen por encima de los demás. El primero es CHRIS HEMSWORTH, una de las caras más cotizadas del momento. Abonado al cine de superhéroes (THOR, LOS VENGADORES) ya trabajó con HOWARD en RUSH. Después está CILLIAN MURPHY, un sinónimo de calidad. Su asombrosa versatilidad nos ha regalado interpretaciones tan dispares como las de BATMAN BEGINS, ORIGEN o EL VIENTO QUE AGITA LA CEBADA. Y, para terminar, el inconmensurable BRENDAN GLEESON. Un todoterreno que lleva muchos años dando de qué hablar (recordemos que ya estuvo en BRAVEHEART), pero que últimamente está viviendo una segunda juventud espléndida. GANGS OF NEW YORK, TROYA, ESCONDIDOS EN BRUJAS o CALVARY son un pequeño ejemplo de la inmensa gama de recursos que posee este actor irlandés.
Esta cinta parece estar llena de virtudes y motivos por los que esperarla con ganas y, aunque no parezca que vaya a ser carne de premios, seguro que proporciona la distracción que tanto buscan algunos en el séptimo arte. Pero lo que sí está claro es que ni por asomo se debe comparar con una de las más soberbias obras literarias de la historia: MOBY DICK. Aunque parte de los referentes que usó el magnífico HERMAN MELVILLE fueran justamente el calamitoso viaje del Essex, es muy exagerado que se relacione una de las piezas claves de la narrativa mundial con una cinta que pasará sin pena ni gloria. No cometamos el error de banalizar una obra tan fundamental como esta y pensar en una cuando hablamos de la otra. No, no lo “llamaremos RON HOWARD”.
