Uno de los directores más transgresores de las últimas décadas, algunos de los intérpretes con más futuro del Reino Unido y la inconfundible precisión técnica de la que presumen las producciones con sello BBC: un cóctel explosivo que continua con la tradición británica de hacer dramas de época.
Siendo fiel a la novela homónima de THOMAS HARDY, LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO se sustenta en su personaje principal: Bathsheba Everdene (CAREY MULLIGAN). Un personaje con un nombre tan sorprendente y estrambótico como su personalidad misma (ubicándola siempre en la campiña inglesa de 1870). Ella es una joven, cuyo indomable corazón deberá elegir entre los hombres que se irán cruzando por su vida. El primero que luchará por su amor será Gabriel Oak (MATTHIAS SCHOENAERTS), un granjero que será contratado para trabajar en su finca. Después, el Señor Boldwood (MICHAEL SHEEN), el terrateniente vecino que, salvando la diferencia de edad, le asegura una estabilidad económica de lo más preciada. Y, para terminar, el Sargento Troy (TOM STURRIDGE), que simboliza la pasión y despierta el deseo que vive dentro de la chica. Un cuarteto de roles que ya de inicio suena repetitivo y falto de originalidad. También se mantienen los esquemas clásicos en la evolución narrativa, pues esta perpetúa todos y cada uno de los cánones del melodrama victoriano. El insistente abuso de obstáculos externos y diabolus ex machina quitan veracidad al relato y entorpecen el devenir de los hechos. Aunque aquí se deban valorar los gustos personales, puede llegar a ser agotador ver como se solucionan y crean los problemas con incendios, muertes, tormentas y demás frutos del azar.
Si osáramos a dividir todas las piezas del universo cinematográfico entre “las que buscan entretener” y “las que anhelan trascender”, la filmografía de THOMAS VINTERBERG se encontraría claramente en el segundo grupo; pero este caso en concreto pone en entredicho tal encasillamiento. La obra que nos ocupa se aleja con virulencia de todo lo que el director danés había hecho con anterioridad. Hay dos títulos en especial que sobresalen dentro del currículo de este firmante del decálogo del DOGMA ’95. CELEBRACIÓN no sólo puede presumir de ser el primer título de dicho movimiento, sino que además posee una intensidad que le supuso inmediatamente la etiqueta de “director de culto”. La otra producción que literalmente nos dejó sin habla, fue LA CAZA. Las atmósferas irrespirables y los personajes atrapados son dos inequívocas señas de identidad en sus filmes, pero LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO se aleja con desprecio de todo esto. Aunque la técnica, desde la fotografía hasta la edición de sonido, es para quitarse el sombrero y hacer reverencias, esta no deja de ser la historia de siempre contada de la misma manera que siempre. En su defensa podemos argumentar que esta tradición no es muy dada a los cambios, y prueba de ello es la tónica inmovilista en las adaptaciones de JANE AUSTE o, como en este caso, de THOMAS HARDY.
Este subgénero tan concreto y peculiar se rige por unas peculiaridades lógicas que influyen en el resultado final. No se puede crear un drama de personaje tan profundo y que no recaiga gran parte de responsabilidad en los actores. Aquí sí quedan todas las expectativas perfectamente cumplidas y el trabajo del conjunto del elenco es remarcable. El magnetismo que se desprende de la labor de CAREY MULLIGAN ilumina con ferocidad todo eso que hay a su alrededor. Su talento es evidente, pero hay un algo inexplicable que la diferencia y consigue generar una atracción casi adictiva. Después de maravillarnos a todos con AN EDUCATION, la actriz londinense sigue reafirmándose con proyectos como este. Otro nombre propio digno de mención es el de MICHAEL SHEEN. Un hombre con un carisma y una versatilidad que logra agotar nuestra de elogios. FROST CONTRA NIXON o la espectacular THE DAMNED UNITED son la prueba fehaciente de este talento, pero también tiene la habilidad de dar el do de pecho cuando sus papeles son más escuetos; LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO es prueba de esto. SHEEN sigue ampliando su registro y combina a las mil maravillas con MULLIGAN.
LO MEJOR:
- Unos actores en un gran momento de gracia.
- Una estética que no da pie a objeciones. Impecable.
LO PEOR:
- Unas premisas dramatúrgicas que caen en el cliché demasiado a menudo.
- Un VINTERBERG que renuncia a los recursos que tan buena fama le han dado.
