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Crítica de Golden Kamuy 09 destacada - el palomitron
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CRÍTICA DE GOLDEN KAMUY 09

Crítica de Golden Kamuy 09 principal - el palomitron

La obra de Satoru Noda está más presente que nunca gracias al trabajo de Geno Studio. Tal y como comentábamos hace unas semanas puede que el punto fuerte de esta adaptación no sea especialmente la animación —sobre todo por la mala implementación del CGI— pero lo que nos dejaron totalmente claro fueron sus intenciones narrativas. El dúo protagonista ya está en marcha y el tesoro está deseando ser encontrado. Un camino a través de las tierras de Hokkaidō cuyos pioneros serán Asirpa y Sugimoto. ¡La carrera por el oro ha comenzado!

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Los compases finales del episodio de la semana pasada se centraron en mostrarnos una nueva aventura, una donde aparece un nuevo preso: Kazuo Kenmi. Se trata de un personaje bastante peculiar cuyo principal deseo radica en ser asesinado —brutalmente—, y qué mejor sujeto para ello que el Inmortal Sugimoto. La búsqueda por el oro continúa y todavía hay muchos cabos que atar. ¿Cuál será el verdadero objetivo de Kazuo Kenmi? ¿Seguirán en pie los planes de Hijikata con Shiraishi? ¿Qué objetivo tendrá ahora el teniente Tsurumi? Un conjunto de preguntas que todavía siguen sin resolver pero que, poco a poco, están conformando una de las mejores aventuras de la temporada, una situada en las tierras heladas Hokkaidō.

El palacio del arenque

Tras salvar, presa del mar, a Kazuo Kenmi nuestro dúo protagonista se dirigió junto a él a una casa para tomar un pequeño tentempié y así entrar en calor. Un tentempié que supone el pistoletazo de salida a otra nueva aventura entre los tres, una donde aparece de nuevo la Séptima División y el deseo de Kazuo Kenmi por ser asesinado se intensifica al máximo exponente. Nada más terminar de comer Asirpa tiene una necesidad imperiosa de ir al baño, concretamente para hacer su tan querida «osoma«. Pero al llegar al aseo se encuentra con una pequeña sorpresa, el cadáver del último asesinato de Kazuo Kenmi. Sorprendida ante tal situación corre a contárselo a su amigo Sugimoto, pero antes de poder llegar hasta él Kazuo Kenmi escapa junto al exmilitar para no ser descubierto —todavía— por Asirpa y compañía.

Crítica de Golden Kamuy 09 Sugimoto - el palomitron

Una huída que la protagonizan ellos tres junto a la Séptima División, ya que tras una serie de pistas están en busca y captura del Inmortal Sugimoto. Un grupo encabezado por nuestro ya conocido teniente Tsurumi. De nuevo el humor es el auténtico protagonista de esta situación, un humor que destaca ante todo en las expresiones y gestos de los personajes. Todos bajo su estilo propio, todos bajo un halo de diversión que compone la auténtica esencia de Golden Kamuy. Los últimos compases de la persecución marcan la despedida de la Séptima División y el reencuentro con Shiraishi. Una vez el auténtico elenco protagonista está unido de nuevo, Kazuo Kenmi se sincera a Sugimoto, le cuenta realmente quién es y qué es lo que quiere. Un deseo de muerte que la obra parece representar como si se tratara de una declaración de amor, pero en este caso es de muerte. Unos minutos donde el verdadero Sugimoto emerge de las profundidades marinas y da por finalizado el deseo de Kazuo Kenmi, obteniendo así una piel más. ¿Cuál será la próxima parada?

Sinna Kisar

De vuelta de nuevo al poblado aynu nos reencontramos, una vez más, con Tanigaki. Un exsoldado de la Primera División y Matagi de Tohoku, cuya última misión se centró en ayudar a Tetsuzou Nihei a cazar el último lobo blanco de Hokkaidō: Retar. El cometido no salió tal y como se esperaba y al final fue Nihei el que cayó bajo las garras de la muerte, dejando a Tanigaki a manos de Sugimoto y Asirpa. Herido por una de las trampas de la pequeña aynu, el exsoldado ha pasado un tiempo recuperándose junto a la familia de Asirpa, un periodo en el que su conversión en aynu ha sido inminente y parece que tanto las costumbres como las tradiciones de este humilde poblado se han consagrado en él.

Crítica de Golden Kamuy 09 Tanigaki - el palomitron

Tanto que, una mínima amenaza hará dudar a Tanigaki de quién fue en un pasado. En esta ocasión la amenaza tiene nombre y apellidos: Ogata Hyakunosuke. Otro de los ex oficiales de la Séptima División aparece de nuevo en pantalla, una visita un tanto inesperada cuyas intenciones no huelen del todo bien. Ogata mantiene una pequeña conversación junto a Tanigaki, y ambos llegan a la conclusión de que tanto uno como otro «han dejado de lado» al teniente Tsurumi. Una decisión que puede suponer la muerte de ambos. Tras confirmar sus teorías, Ogata y compañía se marchan de la casa para tender una trampa a Tanigaki, una donde su vida correrá peligro de nuevo.

Ninguno de los dos quiere ser descubierto pero ambos quieren huir de las tropas de Tsurumi. Ogata no duda en disparar a la casa donde se encuentra Tanigaki, siendo éste su principal objetivo. En el bando contrario el exsoldado intenta salvar, por activa y por pasiva, a la familia de Asirpa. Unas personas que, sin darse cuenta, se han convertido también en parte de él. Un grito de realidad que se interpone entre él y su verdadero objetivo. No sabemos cuál será su siguiente movimiento, pero lo que está claro es que Tanigaki ha dejado de pertenecer a la Primera División para ser un aynu más. Uno que realmente se preocupa por los suyos y sufre si los amenazan, algo que se refleja a la perfección en las lágrimas de su rostro. Unas lágrimas de franqueza y lealtad.

¿Cuál es su verdadero nombre?

Al mismo tiempo que sucede el reencuentro entre Tanigaki y Ogata, el trío calavera decide ir a una casa comunitaria a comer y descansar tras la pequeña aventura que ha supuesto encontrarse con Kazuo Kenmi. Unos momentos donde impera ese sentimiento de unión entre ellos y donde la comida vuelve a tener su dosis de protagonismo. Pero esta situación tan agradable no dura mucho, pues un nuevo personaje aparece en pantalla y parece incomodar —bastante— al alocado de Shiraishi. Llegó el momento de saludar de nuevo al demonio del Shinsengumi: Hijikata.

Crítica de Golden Kamuy 09 Hijikata - el palomitron

Bajo una presencia de campesino y sin mostrar su auténtica identidad Hijikata se muestra ante Asirpa, Sugimoto y Shiraishi mostrando un arduo interés en la mirada de la joven aynu. Una mirada que —supuestamente— le recuerda a un antiguo conocido suyo. ¿Quién podría ser esa persona con la misma mirada que Asirpa? Las dudas aparecen de nuevo sobre la mesa, y se intensifican todavía más cuando el viejo le pregunta a Sugimoto por el verdadero nombre de Asirpa. Un dato que ninguno conocía y demuestra que Asirpa realmente es un alias. ¿Cómo se llamará realmente? ¿Por qué le interesa a Hijikata ese nombre? Una pequeña dosis de tensión impregna de nuevo el ambiente, e incluso se acentúa cuando el viejo se marcha y —delicadamente— le recuerda a Shiraishi que quiere una copia de todas las pieles. Sin duda, una aparición que ha sembrado dudas y que, por descontado, pone a Shiraishi en una auténtica encrucijada.

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Marisol Navarro

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Publicista aficionada de las películas, las series y el cómic en general. No tengo un género preferido, pero todo lo gore me apasiona. Adoro viajar, y si algún día consigo ir a Japón, sin duda para el trayecto tendré preparada toda la obra de Sui Ishida.