La obra de Satoru Noda está más presente que nunca gracias al trabajo de Geno Studio. Tal y como comentábamos hace unas semanas puede que el punto fuerte de esta adaptación no sea especialmente la animación —sobre todo por la mala implementación del CGI— pero lo que nos dejaron totalmente claro fueron sus intenciones narrativas. El dúo protagonista ya está en marcha y el tesoro está deseando ser encontrado. Un camino a través de las tierras de Hokkaidō cuyos pioneros serán Asirpa y Sugimoto. ¡La carrera por el oro ha comenzado!

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La naturaleza sigue estando presente, y es una protagonista más. Respecto al manga homónimo es cierto que ésta cobra un papel sublime y sus trazos recalcan cada uno de los movimientos y suspiros de la vegetación, pero en este caso creo férreamente que Geno Studio está realizando una tarea bastante buena y nos muestra, de nuevo, una nieve totalmente blanca que baña el paisaje nada más empezar el nuevo episodio.

Un día entre los aynu

La relación entre Asirpa y Sugimoto se consolida con el paso de los días. No sólo comparten más actividades a lo largo de sus vidas, sino que incluso el exmilitar apodado «El Inmortal» aprende todo lo que la pequeña le va mostrando acerca de la propia naturaleza, ya sea animal o vegetal. Unos conocimientos que van más allá de nuestra cultura relegando el papel protagonista a la cultura aynu. Golden Kamuy no es sólo una aventura, es una oportunidad para aprender a través de sus personajes.

En los primeros compases del episodio de esta semana aprendemos algo más de los talentos culinarios que aguardan en la aldea de Asirpa, nuevas técnicas de caza e incluso creencias espirituales que conforman los valores de ese pequeño poblado ubicado entre las montañas de Hokkaidō. Aunque el punto fuerte que consigue destacar en esta ocasión es el propio Retar. Ese lobo blanco que acompaña a Asirpa en varias situaciones y cuya relación entre ambos implica una carga sentimental y trascendental para la joven, pues este espíritu de la naturaleza suple incluso el papel del padre de la pequeña aynu; pero a su vez esa conexión se ve interrumpida por el propio instinto animal, el cual impide que Retar llegue a ser la «mascota» de Asirpa.

Estamos ante una adolescente fuera de lo común, y a pesar de esa desvirtualización en su propio papel ante la vida, es una chica que ha sufrido diversas pérdidas que han ido fortaleciendo a la vez que adoleciendo su personalidad. Pero la última marcha es totalmente inesperada. Sugimoto decide dejar la aldea tras todo lo acontecido para no dañar a Asirpa. Todos allí la quieren y desean que esté a salvo pero él siente que a su lado esa tarea es prácticamente imposible. Una marcha que Asirpa no acepta y decide ir tras él, cueste lo que cueste. Y en este caso, con la ayuda de Retar.

El aroma de la muerte

Comienza una nueva aventura. Sugimoto desea saber si ha ocurrido algo más respecto a los tatuajes y acude de nuevo a Otaru. Allí se encuentra con viejos conocidos y alguna pista nueva. Pero más que soluciones encuentra problemas. Los engaños parecen ser otro de los grandes protagonistas de la obra, y jugar con las personas para conseguir el ansiado oro es algo tan común y corriente como desayunar cada día.

La Séptima División, encabeza por el teniente Tsurumi, tiende una trampa a nuestro querido Inmortal. Una trampa en la que la obra consigue aunar una situación realmente tensa y complicada para nuestro protagonista con el humor, una combinación perfecta que consigue acercar todavía más al espectador hasta sus personajes y anhelar sus propios deseos. Sugimoto intenta escapar de todas las formas posibles, ya sea a través de las bromas o mediante sus férreos golpes. Acciones en las que se observan las «carencias» de Geno Studio respecto a la animación, pero que se suplen gratamente a la gran labor de adaptación que están realizando con la obra de Noda, dejando incluso huella de las muecas faciales de todos sus personajes. Objetivo no conseguido. Sugimoto no consigue escapar, pero en todo momento demuestra su ambición, su objetivo y la realidad por la cual está luchando. Demuestra quién es en todo momento y nos recuerda de nuevo por qué le llaman «El Inmortal Sugimoto».

Horkew Kamuy

Mientras nuestro héroe de guerra sigue preso bajo las órdenes de Tsurumi, Asirpa y Retar emprenden su búsqueda hacia él. Una búsqueda que empieza gracias a un supuesto calcetín de Sugimoto y que gracias al singular olfato del gran lobo blanco dirige a nuestro dúo hasta su objetivo. Un trayecto en vano. Por suerte o por desgracia no acaban junto a Sugimoto, sino junto a Shiraishi, el rey de la huida. La joven aynu no cree que este pequeño desliz haya sido un fracaso, sino que incluso acaba convirtiéndolo en la oportunidad perfecta para tener más aliados en su búsqueda. Unos momentos realmente divertidos donde observamos de nuevo aspectos que definen a la obra de Noda. Por el momento no hay rastro de Sugimoto, pero Asirpa ya tiene un nuevo aliado a su lado. El encuentro parece ser inminente, o al menos, eso esperamos. El empeño de la joven es constante y no habrá nada que le impida seguir adelante.

De nuevo podemos afirmar que el anime de Golden Kamuy está siendo toda una sorpresa. El nivel de adaptación es exquisito y los momentos más cómicos e ilustres de la obra están empezando a cobrar una importancia realmente destacable dentro de esta adaptación. Puede que Geno Studio no haya hecho sus apuestas de cara a la animación dejando descuidados los planos más alejados o el uso del CGI, pero como ávida lectora del manga que soy afirmo que está poniendo todo su empeño en la historia y es algo que realmente se agradece teniendo presente qué supone una obra como Golden Kamuy. Veremos qué nos cuentan dentro de siete días, pero sin duda, las aventuras de Asirpa y Sugimoto van a dar mucho que hablar entre todos nosotros.

Marisol Navarro

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