El Palomitrón

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Oro - El Palomitrón
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SEFF 2017: ORO

Raúl Arévalo - El Palomitrón

Nueve años después de su última película, regresa a las carteleras españolas Agustín Díaz Yanes con la gran apuesta de Atresmedia para 2017. El director, que ha confesado en entrevistas haberse planteado dejar el cine antes de este proyecto, cumple en Oro todo lo que puede esperarse de una cinta de su género: un trabajo muy bien filmado y profundamente entretenido.

Oro supone la segunda asociación entre Díaz Yanes y Arturo Pérez-Reverte tras la adaptación de la saga Alatriste (2006). En este caso, el director rueda una obra inédita de su amigo con mejor resultado que la primera, a la que el paso de los años no le ha hecho demasiado favor. La cinta nos traslada al siglo XVI, cuando un grupo de saqueadores españoles organizan una expedición para encontrar una ciudad llena de oro en la selva amazónica.

Critica de oro el palomitronEntre el grupo formado por 30 hombres y dos mujeres se encuentra uno de los repartos más espectaculares del cine español de los últimos años. El casting es el primero de los aciertos de la película: los intérpretes se dejan la piel desde la primera secuencia y consiguen transmitir la dureza de la expedición, la ambición, el deseo y la crueldad de los personajes. Más allá de Raúl Arévalo, Bárbara Lennie o José Coronado, que vienen encadenando fantásticos trabajos en los últimos años, ha sido agradable reencontrarse con el mejor Óscar Jaenada o los geniales Antonio Dechent y Anna Castillo, que además aportan comicidad cuando la historia lo requiere.

En Oro encontramos al Pérez-Reverte más reconocible. No falta el lenguaje bélico que tanto le pone, las constantes referencias a la épica, el honor y la lealtad, la hipermasculinización de sus historias y la violencia. La de los españoles contra los pueblos indígenas pero también la de los propios locales entre ellos, que los saqueadores aprovechan a su favor, y la de los españoles entre sí, presos de la ambición por repartirse el botín con cuantas menos cabezas sea posible. La particular visión de la condición humana que tiene el escritor (que firma el guion junto a Díaz Yanes) está presente en cada uno de los personajes.

Crítica de Oro - el Palomitrón

Tampoco fallan las referencias a la España históricamente dividida, con sus hombres separados por fronteras y territorios y la crítica a ese clero que, más que evangelizar, castigaba con crueldad a los que no cumplían con la doctrina. Los españoles siempre batallando entre ellos y la Iglesia en el centro de todo.

El director sortea con éxito las dificultades que se le presentan en una cinta de este tipo, tanto en el propio rodaje (grabar en plena naturaleza) como en los diálogos, muy bien equilibrados para no resultar pomposos ni engolados. La voz en off de Andrés Gertrúdix, que interpreta al escribano real que acompaña a la expedición, liga armoniosamente la narración con la acción en pantalla.

Al margen de todo lo anterior, Oro no es una película especialmente profunda. Cine de aventuras con elementos de wéstern que te mantiene pegado a la pantalla por sus excelentes interpretaciones, por la cantidad de muertes de todo tipo de principio a fin y gracias al buen pulso tras la cámara del mejor Díaz Yanes en mucho tiempo. Una buena historia de búsqueda de El Dorado con dosis de épica, crueldad y desencanto. La guinda, la banda sonora de Javier Limón.

LO MEJOR:

  • Las actrices y los actores.

LO PEOR:

  • Es bastante probable que más de un espectador eche en falta más autocrítica acerca del impacto que tuvo la colonización en los indígenas americanos.

 

Fon López

1 COMENTARIO

  1. ¡Que pena de gente!, estas que aprendieron historia con las películas. ¿Referencias de España históricamente dividida?, ¿Falta autocrítica de la colonización?. Partiendo de la realidad de que el crítico sólo uso los libros de historia para apoyar mesas: ¿Acaso estuvo allí cuando aquello?.

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He crecido viendo a Pamela Anderson correr a cámara lenta por la arena de California, a una Carmen Maura transexual pidiendo que le rieguen en mitad de la calle, a Raquel Meroño haciendo de adolescente con 30 años, a Divine comiendo excrementos y a las gemelas Olsen como icono de adorabilidad. Mezcla este combo de referencias culturales en una coctelera y te harás una idea de por qué estoy aquí. O todo lo contrario.