¡Por tutatis! Expresión que se refiere a un asteroide encontrado en Francia y además, según la mitología celta, es el Dios de la guerra conocido por ser el defensor de los pueblos. Este es un dicho que es pronunciado una y otra vez por dos personajes muy característicos. Os damos pistas: Uno es grandullón con trenzas pelirrojas con un menhir a la espalda. El otro es su fiel amigo, el más pequeñín de todos, rubio y con un casco de alas en la cabeza. Ambos son galos y les acompaña un perrito blanco llamado Ideafix. Todas estas pistas como estaréis pensando, indudablemente, conducen a una única (e indiscutible) respuesta: Astérix y Obélix, el dúo francés más famoso en el mundo del cómic.
Tras doce filmes (cuatro con personajes de carne y hueso y ocho con animados) basados en los cómics (por el momento una lista de treintaicinco) creados por el ya fallecido RENÉ GOSCINNY, como guionista, y ALBERT UDERZO, como dibujante (cuyo legado fue pasado a DIDIER CONRAD como artista y JEAN-YVES FERRI como escritor con ASTÉRIX Y LOS PICTOS) los rebeldes galos favoritos de varias generaciones vuelven a dar que hablar en los cines.
ASTÉRIX: LA RESIDENCIA DE LOS DIOSES, largometraje producido por Warner Bros y basado en el cómic con este mismo nombre publicado el 4 de marzo de 1971 en Francia (las historias de esta singular pareja arrancaron en 1.959 en las páginas d la revista francesa «Pilote»), y dirigido por LOUIS CLICHY (animador de WALL-E, UP y RATATOUILLE) y ALEXANDRE ASTIER (DAVID Y LA SEÑORA HANSSEN).
ASTÉRIX: LA RESIDENCIA DE LOS DIOSES nos sitúa en el año 50 A.C.. Julio César decide cambiar de estrategia puesto que sus legiones romanas no consiguen acabar con los galos por la fuerza, así que decide unirse a ellos intentándoles tentar a que se adentren en su civilización, la romana, invadiendo una parte de Galia. Para ello, construirán al lado de la aldea de los bárbaros galos una residencia de lujo para romanos llamada “la residencia de los Dioses”. Veremos quién de los personajes se atreve a enfundarse en la indumentaria romana y se une al “lado oscuro” del César (PHILLIPPE MORIER-GENOUD) y su ejército liderado, entre otros, por el pequeño Cubitus (ELIE SEMOUN).
Los principales personajes de la cinta y candidatos a caer seducidos por el juego que propone Julio César son el pequeño Astérix (ROGER CAREL), el gran Obélix (GUILLAUME BRIAT), el druida Panorámix (BERNARD ALANE) con sus pociones mágicas, el jefe de la aldea Abraracúcix (SERGE PAPAGALLI), su esposa Karabella (FLORENCE FORESTI), Asurancetúrix (ARNAUD LÉONARD) el bardo, Edadepiédrix (LAURENT MORTEAU), el mayor de la aldea, el vendedor de pescado Ordenalfabetix (FRANÇOIS MOREL) y el herrero Esautomátix (LIONNEL ASTIER).
La película es muy fiel al cómic salvando los efectos visuales que han sido modernizados gracias a la animación en ordenador en 3D de la actualidad, es una muy buena adaptación de lo que se publicó en 1971 y será muy bien recibida por los seguidores de los libros. El guión basado en el cómic de RENÉ GOSCINNY y ALBERT UDERZO ha sido llevado a la gran pantalla con el trabajo del guionista y también como co-director de la misma, ALEXANDRE ASTIER, combinando una gran explosión creativa tanto en su fotografía como en el relato y la personalidad de sus personajes.
Como tema interesante y destacable (aunque puede que pase desapercibido para el espectador infantil) nos encontramos con el tratamiento de la modernidad versus la antigüedad. La trama trata una lucha entre lo antiguo y lo moderno, donde lo artesano se ve tentado por el lujo y la codicia. Aspecto que podría llevarse a nuestros tiempos sin duda alguna con el consumismo, la corrupción, la inmigración y el maltrato al medio ambiente actual. Éstas ideas no solo se observan a nivel narrativo, sino que también se ven a nivel técnico, en sentido mucho más rico, gracias a la tecnología actual que ha visto en su propia evolución la mejor manera de insuflar vida a unos dibujos planos que brillan con luz propia gracias a su tridimensionalidad, con redondos y con colores vivos que realmente atrapan al espectador.
A medida que vayan pasando los 82 minutos de la cinta ésta perderá su fuerza pero se reforzará gracias en gran parte a su banda sonora, firmada por HUBERT CORNET y que atesora canciones como Sara perche ti amo, en su recta final el filme se verá de nuevo impulsado favorablemente.
No pueden faltar escenas cómicas en las que harán arrancar carcajadas al espectador con “el poeta y cantante” de la aldea gala, Asurancetúrix, en la que los galos estarán prevenidos con los oídos tapados evitando su estridente voz (aquí los romanos no estarán tan listos). Otro de los míticos momentos será el intento de caza de jabalíes del insaciable estómago de Obélix y sus puñetazos, las milagrosas pociones de Panorámix, que derribarán como de costumbre a los romanos, o los bofetones en la cara con los pescados. Tampoco podrán faltar los piques entre el herrero Esautomátix y el pescadero Ordenalfabetix ni las discusiones entre el matrimonio de Abraracúcix y Karabella. Esto, amigos, es Astérix y Obélix en estado puro.
Cine para fans de las historias de la pareja de galos y su lucha eterna contra el César en la que se identifica claramente el objetivo de llamar la atención de las nuevas generaciones infantiles. Éstos junto a sus acompañantes más adultos, conocedores de los cómics, saldrán más que satisfecho, y con una buena sonrisa, de la sala de esta decimoséptima aventura de Astérix. Seguramente más de uno querrá más.
Por una larga vida a Astérix, a Obélix y a los planes del César. ¿Los galos serán sucumbidos finalmente por el encanto romano o no fallarán a sus raíces bárbaras basadas en la cercanía, los productos artesanos, la naturaleza y las fiestas con vino y jabalí? Os recomendamos descubrirlo en los cines estos días, y siempre en familia.
LO MEJOR:
- Efectos visuales en 3D.
- Tema actual interesante.
- Captar un público infantil.
- Escenas del trío Astérix, Obélix e Ideafix y los cantos desafinados de Asurancetúrix.
- Sus personajes e historia son fieles.
LO PEOR:
- Un tramo de la cinta pierde su fuerza.
- Si has leído el cómic será previsible.
