WOODY ALLEN regresa al tipo de cine donde muestra lo que mejor sabe hacer. BLUE JASMINE da una visión diferente de una historia sencilla con un dinamismo que obliga a sus personajes a expresarse en tantos niveles que se desnudan en una verborrea imparable.

A través de un neurótico personaje magistralmente interpretado por  CATE BLANCHETT (EL AVIADOR, DIARIO DE UN ESCÁNDALO, BABEL) introduce un tema de gran actualidad; personaliza esa nueva clase social de financieros sin escrúpulos que durante años camparon con total impunidad manejando ingentes cantidades de dinero obtenida de las formas menos éticas. Admirados con la ceguera con la que se admira el dinero, su éxito y favor social dura tanto como su capacidad para mantener el disfraz. Pero lo que le interesa realmente de este contexto no son los personajes que engañan y lo saben, son aquellos que se autoengañan para beneficiarse de una vida que no les corresponde. Jasmine representa un tipo de mujer que reúne las peores cualidades que se le pueden haber ocurrido al director neoyorquino. Vive en una cómoda ignorancia, sin cuestionar nada de lo que tiene y disfrutando de todo lo que el dinero de su marido le puede dar. Cuando su mundo de frivolidad y apariencia se desmorona no le queda nada porque nunca tuvo nada, pero ese reconocimiento del vacío que es su vida requiere una mirada hacia dentro que Jasmine no está dispuesta a hacer. A lo largo de la película luchará por hacer pervivir su imagen creada frente a un público que ya no quiere escuchar.

Con una narrativa en la que presente y pasado son expuestos de forma simultánea y con una coordinación de un efectismo genial, la historia comienza cuando Jasmine lo ha perdido todo y acude a recuperarse del golpe a la casa de su hermana Ginger en San Francisco.  La dualidad entre los dos personajes está intencionadamente intensificada a través de su aspecto, sus intereses y sus novios. La réplica a CATE BLANCHETT vendrá de la mano de la también fantástica SALLY HAWKINS (HAPPY, UN CUENTO SOBRE LA FELICIDAD, CASSANDRA’S DREAM) y entre las dos ofrecerán los diálogos más absurdos, enternecedores y brillantes de la película recordándonos por momentos a la inolvidable HANNAH Y SUS HERMANAS.

Ginger representa la honestidad y humildad del que vive la vida desde la realidad frente a la prepotencia y superficialidad de Jasmine. La inocencia de una y la hipocresía de la otra se exponen con un ácido y mordaz sentido del humor que consigue crear personajes entrañables, tiernos pero a los que desnuda sin piedad. Y el éxito de la película se debe en gran parte a la soberbia interpretación de las dos actrices.

En el otro lado, ALEC BALDWIN, LOUIS C.K., ANDREW DICE CLAY, PETER SARSGAARD y BOBBY CANNAVALE, cumplen un papel instrumental y estereotipado que encaja con los objetivos y las necesidades de contrapunto de las dos protagonistas. Nos muestra un universo masculino simplificado que en unos casos buscan una mujer que sirva a sus fines y en otros buscan el amor, según lo que cada mujer ofrezca de sí misma y que se materializa en lo que cada una de las hermanas ofrece.

BLUE JASMINE es un retrato humano que se mueve entre el esperpento y la crítica más ácida, filtrado por el sentido del humor y el psicoanálisis, haciéndonos empatizar y comprender a los personajes más absurdos. Supone recuperar lo mejor de un director que en muchas ocasiones decepciona pero que en esta ocasión nos recuerda los mejores títulos de su filmografía. Se entrena en España el 15 de noviembre.

Lo mejor:

• La interpretación de sus dos actrices principales
• Los diálogos y monólogos al más puro estilo WOODY ALLEN
• La narrativa que alterna presente y futuro genialmente ligados

Lo peor:

• Un universo masculino estereotipado
• Un final que nos deja con ganas de más

Marina Calvo