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BABY DRIVER: ENTREVISTAMOS AL EQUIPO DE LA PELÍCULA

Nos atrevemos a decir que es lo mejor que vais a ver este verano, e incluso lo mejor de este año 2017. Sí, hacemos referencia a Baby Driver, esta original idea de Edgar Wright. Primero fue la música, luego el guion. Aunque era una propuesta muy arriesgada, finalmente los estudios decidieron apostar por ella, y mira los buenos resultados que está teniendo. Desde El Palomitrón hemos tenido el placer de poder hablar con su director y guionista, Edgar Wright (E. W.), y con el joven Ansel Elgort (A. E.), actor y músico que ha demostrado tener talento con mayúsculas y valer más que para interpretar una franquicia. Pero aquí no acaban las entrevistas, también charlamos con una de la robabancos con más carácter del proyecto, la actriz Eiza González (E. G.). ¿Arrancamos?

EDGAR WRIGHT

Edgar Wright, director y guionista de Baby Driver

Antes de todo, enhorabuena por la película. Nos gustaría saber cómo se le ocurrió esta manera fantástica de narrar al ritmo de una banda sonora.

E. W. : Fue la música la que inspiró la película. La primera canción que abre el filme, Bellbottoms, de Jon Spencer, la escuché con 20 años. Por aquel entonces no era director y no podía parar de imaginarme el tema con una persecución de coches. Esto fue la semilla que inspiró la historia, y pensé: ¿Y qué pasa si esta canción la está escuchando el conductor que está huyendo de un robo? ¿Y si además necesita escuchar música para cada cosa que haga en su vida? Y así surgió la idea. Además yo soy muy melómano, y quería que los personajes escuchasen esta canción mientras estaban en un momento importante.

Tal como lo cuenta parece muy sencillo, pero la realidad que tenemos los espectadores es que es una película muy elaborada. A la hora de escribir una secuencia, ¿tenía un tema musical en la cabeza que marcara el montaje?

E. W. : La verdad es que escribí el guion para la música, fue el proceso contrario. Antes de escribirlo tenía en mente nueve canciones que quería incluir en ella y no sabía muy bien cómo iba a ir la historia, pero las canciones las tenía pensadas. Escribía para la música literalmente y, si en alguna escena no tenía pensada la canción, no terminaba de escribirla hasta no decidir antes qué canción iba a poner.

De hecho tiene gracia, porque en el primer borrador estaban las 24 canciones que aparecen en la película incluidas. Es una cosa muy ambiciosa porque no es nada fácil de hacer. La película final incluye el 95 % de las canciones que yo había pensado en un principio incluir.

¿Cómo ha sido la elección del casting para la película?

E. W. : La primera vez que mandé el guion al estudio, lo primero que me preguntaron fue que quién iba a protagonizar a Baby, y hace tres años, cuando yo había decidido que esta era la siguiente peli que quería hacer, empecé a conocer a chicos jóvenes para ver quién podía interpretar este papel, y a uno de los primeros que conocí fue a Ansel. Este me encantó desde el principio. Estuvimos una hora entera hablando de música y, aparte de que es un papel muy importante, tenía la edad justa para interpretarlo (20-21 años). Ansel es una persona muy carismática, muy dinámica. Es muy melómano, toca instrumentos, y para mí esto es muy importante. Lo único es que es más alto de lo que me imaginaba yo al escribir el guion, pero por todo lo demás encajaba en el papel perfectamente.

A la hora de coordinar a los actores, como el personaje de Baby, ¿utilizasteis coreógrafos, puesto que este baila durante toda la película?

E. W. : Utilizamos un coreógrafo especial durante toda la película, no solamente para las escenas de baile, sino para las escenas de acción. Se llama Brian, es absolutamente fantástico. Teníamos que ensayar las escenas donde por ejemplo entran y salen del coche, ya que todo va con música, todo es como un baile. Había que tener claro qué canción se iba a poner en todas las escenas. Cada actor ya lo había ensayado antes y las escuchaban mientras las rodaban.

¿Cuesta hacer proyectos como Baby Driver?

 

E. W. : No quiero que nadie piense que fue un proyecto fácil, porque no lo fue en absoluto. Fue bastante complicado. Los estudios fueron capaces desde el principio de entender que este proyecto sin la música no valía la pena, porque es el sello absoluto de la película. Entendieron que era algo distinto y una forma única de contar una historia. Creo que fue clave ser transparente, darles toda la información a los productores. Eso ayuda para estar todos en la misma página y que sepan todos lo que tienen que hacer. Pr desgracia, esto es algo que sucede poco, ya que estos no suelen financiar algo así, por eso solamente puedo estar agradecido.

¿Cómo ha sido el trabajo reuniendo a actores veteranos que son estrellas y que además gravitaban alrededor de un actor más joven que tenía que estar a su nivel?

E. W. : Es un proceso orgánico, pero la premisa inicial es que todos tuvieron una buena acogida con Ansel. Es más, Kevin Spacey ya había trabajado con Ansel y a la hija de Jamie Foxx le encantaba el chico, eso también ayudó. A Hamm le conocía de antes. Además, realmente Ansel fue a la única persona en la que estaba yo pensando cuando escribía el guion.

El protagonista es compositor y aparecen muchos músicos en la película (Big Boi, Paul Williams, Flea…). ¿Por qué quiso rodearse de músicos para hacer Baby Driver?

E. W. : Me parecía muy divertido introducir a tanta gente de la industria de la música en una película que está centrada absolutamente en la música, e incluso también Kevin Spacey y Lily James tienen un pasado musical. Me hubiese gustado meter a mucha gente mucho más relacionada con el sector.

¿Podría haber un Baby Driver 2?

 

E. W. : Depende del público.

A nivel personal como director, ¿qué piensa por esta especie de fiebre de la franquicia y la secuela?

E. W. : Me parece que está bien si además hay películas originales y distintas. Creo que el problema es que no hay tantas películas originales y parece que todo lo que sale bueno es en la temporada de premios de octubre a diciembre y el resto de películas que se pueden ver en el cine son franquicias, que no tengo nada en contra, porque si están bien hechas me parece que son muy divertidas, pero es importante que salgan trabajos originales. 

¿Qué nos puede contar sobre el próximo proyecto de animación, Sombras, o sobre otros trabajos?

E. W. : He escrito el guion de Sombras, pero no es seguro que lo vaya a dirigir, y tengo varias cosas en mente más, pero nada fijo.

¿Por qué se tiene esta dualidad entre hombres tomando cervezas en pubs y luego jóvenes escuchando música?

 E. W. : ¿Qué más hay en la vida?

ANSEL ELGORT

Ansel Elgort, Baby en Baby Driver

Enhorabuena por la película y por tu nuevo single recién salido al mercado, All I Think About Is You. ¿Cómo fue cuando Wright te contactó para decirte que ibas a ser el prota de su película y que para más inri tenía que ver con música?

A. E. : Muchas gracias. Pues me reuní con Edgar en Los Ángeles y estuvimos dos horas hablando de música. De hecho a mí me alucinaba, porque era como una conversación como un colega. Yo estaba haciendo mi música en ese momento y hasta el final no hablamos de la película. Me dijo que le echara un ojo al guion, que podía encajarme.

Luego la experiencia de leerme el guion fue muy especial, porque era en un iPad y podías escuchar la música que correspondía con esa secuencia a la vez que leías la escena. Entonces empecé a pensar que el personaje de Baby molaba y que me encantaría hacerlo. Después hubo un año de pruebas, de reuniones, pero nunca recibí la llamada de: «Tú eres el prota». Fue de otra manera, a base de reunirnos mucho. Esto no es una franquicia, entonces no estaba claro si el estudio iba a poner el dinero para financiarla, con lo cual no se sabía nada. Cuando nos reuníamos Edgar y yo, este me contaba los actores que había pensado para cada personaje y le pregunté si yo iba a ser Baby, y me lo dijo de pasada. Con el paso del tiempo y con el reparto, el estudio puso el dinero y fue maravilloso, porque en los tiempos que corren no se suelen arriesgar por una película original.

Has trabajado en franquicias como la de Divergente. ¿Qué opinas sobre ellas como actor?

A. E. : De hecho, esta tendencia no ha hecho más que empezar. Esto va a más, y en realidad en pocas ocasiones se ve que un estudio apueste por algo como Baby Driver. Vemos que no hay término medio, o son los 100 millones de dólares para hacer la precuela de superhéroes, o los 7 millones para hacer una película que luego va a ser la que galardonen en todos los festivales. La verdad es que se echan en faltan esos 40 millones en los que se apueste por una película original. Esto fue lo que pasó con Baby Driver, la idea está en el equilibrio. Espero que esta película pueda servir para que los estudios se den cuenta de que hay un futuro en este cine y que quieran invertir en ello.

No tengo ninguna necesidad ni ganas de hacer una franquicia, a no ser que sea un guion magnífico, con un gran director y un papelazo, entonces sí, pero no tengo prisa por hacer la próxima peli de superhéroes o serie o franquicia. Si hago una peli al año para mí está bien, no necesito más, y un poco como Leo DiCaprio, a él no le hemos visto en una franquicia ni lo veremos, no le ha hecho falta. Seguramente le habrán ofrecido 50 millones de dólares por hacer de superhéroe y no tiene necesidad, así que yo espero que pueda seguir haciendo cosas como estas, originales, grandes personajes que yo pueda crear como actor. Y es que ni siquiera en este caso la historia se basa en un libro como suele pasar. Todo viene de la mente de Edgar Wright. Tanto en lo profesional como en lo personal, esta película ha dejado un listón muy alto en mi carrera, y espero mantenerlo.

¿Cómo te preparaste el papel de Baby? Tenemos entendido que tuviste que aprender lenguaje de signos.

A. E. : Sí, fue alucinante. Ensayamos durante un mes antes de empezar a rodar. Aprendí lenguaje de signos, trabajé el dialecto, porque hablo con un acento un poco sureño, y ensayamos muchas escenas especiales con el conductor para que fueran creíbles todas las escenas de coche. Aprendí saltos de parkour para las escenas en las que va Baby por la calle, y todas las coreografías. Esto de ensayar no era nada nuevo para mí al venir del teatro, puesto que ensayar es la parte esencial del proceso. En Baby Driver toda esta preparación fue tremendamente útil, porque ya digo que fue un rodaje ambicioso. El estudio puso dinero, pero tampoco para que esto fuera lo mejor. Había que hacer mucho en poco tiempo. De hecho, rodábamos sesiones de 16 horas diarias, apenas dormíamos. Gracias a esa preparación, y a un director como Edgar, que sabe lo que quiere y que lo ha preparado todo milimétricamente, cuando llegas al rodaje todo es mucho más fácil y se hace en poco tiempo.

 ¿Cómo ha sido trabajar con Kevin Spacey, concretamente?

 A. E. : Justo antes de esta peli hicimos otra peli juntos, Billionaire Boys Club, así que ya teníamos muy buena relación. De hecho, gracias a él ambos proyectos pudieron realizarse. En ese momento (estamos hablamos de 2015, año en la que estaba trabajando como DJ), de repente me llamó mi agente y me dijo que Kevin Spacey quería hablar conmigo, y me quedé alucinado. Me contó dos de sus proyectos, justo en los que yo también estaba fichado, y me preguntó sobre cómo me sentía, si estaba animado, y le dije que sí. Al final, y gracias a que lo ficharon a él, salieron adelante, eso se lo debo. El papel que tengo en Billionaire Boys Club fue muy emocional para mí, es uno de esos papeles que te remueven las entrañas y tienes que darlo todo. Tengo muchas ganas de que lo veáis. Con este personaje Kevin me ayudó mucho, entonces al pasar al rodaje en Atlanta de Baby Driver, Kevin ya era un mentor para mí. El tío es increíble, te partes de risa con él. Es como todos los grandes, como Jamie Foxx, que pueden cantar, contar un chiste, actuar… Kevin Spacey hace imitaciones increíbles y es un honor trabajar con él. Además, tengo la corazonada de que no va a ser la última vez que trabaje con él. 

EIZA GONZÁLEZ

Eiza González, Darling en Baby Driver

¿Te estás acostumbrando a ser la mala de la película? Recogiste el relevo de Salma Hayek en la serie de Abierto hasta el amanecer. Era un papel icónico para la gente y aquí haces un personaje bastante curioso desde el punto de vista de ser la «mala».

E. G. : Lo veo como personajes de mujeres fuertes, que tienen mucho carácter, mucha fuerza. Me identifico con esos personajes y creo que la industria físicamente me identifica con mi personalidad en ese tipo de personajes, pero yo me veo como una actriz que hace de todo. Al principio de mi carrera hice totalmente lo contrario, empecé con cuestiones infantiles. Entonces me parece espectacular que con 24 años, cuando llegué a Estados Unidos, tuviera la oportunidad de descubrir este lado femme fatale de mi persona y que la gente me visualizara de esa manera. 

¿Cómo ha sido trabajar con Edgar Wright?

 

E. G. : Trabajar con Edgar es absolutamente espectacular. Edgar tiene una visión muy clara de lo que le gusta y lo que quiere. Yo era antes fanática de sus películas, y Shaun of the Dead (Zombies party) es mi película favorita. Él ya había demostrado que puede hacer de una manera muy interesante el crash genre, es decir, cambiar de un género a otro fácilmente, y él lo hace muy bien, al mismo tiempo con su edición, que es muy icónica. Cuando me leí el libreto y vi que teníamos la música y la playlist, donde ya había metido soundbeats cuando, por ejemplo, se abría la puerta del coche… dijo mucho de él. Si esa es tu carta de presentación ya sabes que cuando estés en el set vas a ser extremadamente limpio, claro, ético, conciso y de alto nivel, y fue justamente eso. Edgar tenía muy claro lo que quería, tenía un storyboard y cada frame perfecto, eso dice mucho de un director y de cómo piensa.

Claro, porque es una película de acción pero parece un musical, ¿no? Este aspecto nos parece muy original.

E. G. : Correcto, es algo que yo no había visto antes, no puedo encontrar una referencia. Si tuviera que buscar es como si Reservoir Dogs tuviera un hijo con La ciudad de las estrellas (La La Land), pero no, y con la comedia de Edgar Wright es como muy complicado de descifrar. Por eso Edgar Wright es único y yo sé que esto es solo el principio de Edgar. Nosotros y la gente de culto ya le conocemos, pero creo que Edgar está a punto de explotar como director, y la verdad es que se lo merece.

Empezaste tu carrera haciendo telenovelas en México. ¿Qué connotaciones tiene México en un formato como la telenovela? Porque aquí en España se ve como algo cómico.

E. G. : Sí, es un tono diferente, otro mundo. Tienes que entender que cuando uno entra en un set se tiene que adaptar a lo que están haciendo, y es muy divertido. Yo no me arrepiento de nada. Tuve muchísimo aprendizaje, porque tienes un bis y un timing diferentes, y todo es extremo. En las novelas todo es muy grande, es muy dramático, parecido al teatro, y está increíble, porque mínimo puedes llegar a esas emociones y luego las puedes nivelar y llegar a algo mucho más contenido.

Después de eso, pasé a hacer cosas con Robert Rodriguez, que es spaghetti western, un tono muy diferente, parecido al de Quentin Tarantino. Y luego he hecho lo que hace Edgar. Todo tiene su riqueza y es diferente. Para mí todos son respetables, porque créeme que un actor de novela hace 30 escenas al día. Tú en una película haces el cuarto de una página de una escena. Entonces es admirable lo que la gente hace y todos los actores tienen su respeto. Yo no estaría donde estoy ni sería quien soy si no fuera por eso.

Mencionabas antes a Robert Rodriguez, ¿cómo ha sido tu experiencia con él?

E. G. : Robert es mi mentor, me descubrió, me trajo a Estados Unidos y ha creído en mí en tal grado que me ha apoyado en todo. Cuando yo me quedé en Baby Driver era una cuestión complicada, porque yo estaba terminando la tercera temporada de From Dusk Till Dawn y él fue capaz (que no todo el mundo lo hace) de escribir en función de mi tiempo para hacer ambas cosas. Eso habla de lo que él siempre dice: «Quiero que la gente que yo apoyo logre lo inalcanzable», y eso es lo que hizo con Salma, con Antonio, con George Clooney, que cuando nadie le quería dar películas le dio Abierto hasta el amanecer y eso le hizo despegar como estrella. Entonces ese tipo de cosas para mí son muy agradables, siempre me ha apoyado y siempre habló bien conmigo de Edgar, y ahora de James Cameron (con el que tengo mi próximo proyecto), y me ha abierto la carrera que tengo ahora. No sería nadie sin Robert.

¿Cómo fue trabajar en Baby Driver con actores de la talla como Kevin Spacey, Jon Hamm o Jamie Foxx?

E. G. : Ha sido totalmente increíble. La verdad es que siempre uno tiene miedo de entrar en un set con actores ganadores de Oscar, y yo encima tenía todas las escenas con ellos. Ansel ya había trabajado antes en cine, yo no, entonces era como una cuestión que me ponía muy nerviosa, pero la verdad es que son encantadores y entiendes por qué están dónde están, y eso conlleva disciplina. Claro que tienes que tener talento, porque yo no conozco gente con más talento que esos tres hombres: cantan, actúan, Jamie toca el piano, Kevin hace teatro, Hamm fue maestro… Y dices: «¿Cómo?». Todos son espectaculares, pero lo que les caracteriza aún más es que son disciplinados, son mentores, entienden que una escena es de ir y venir; que si yo te paso la pelota necesito que me la devuelvas con la misma fuerza, y no tienen una cuestión de egocentrismo. Saben que si en una escena todos brillan, la escena brilla más y la película brilla más, y eso es muy difícil de encontrar. Jon Bernthal también estuvo increíble, Flea, de Red Hot Chili Peppers, Sky Ferreira… Todo un elenco espectacular.

 ¿Cómo te preparaste tu personaje de Darling?

 

E. G. : Basé a Darling en una robabancos llamada Candes, cuyo alias es The sound of bandes. Es latina también, muy conocida por haber robado en Estados Unidos varios bancos cuando era muy joven. Esta entraba a los bancos hablando por teléfono y pasaba notas, tenían muchos vídeos sobre ella e investigué sobre su vida. Me empecé a encontrar los patrones de por qué esta gente tiene esta tendencia de buscar esa adrenalina y mucho tiene que ver con su familia, con la educación y con las oportunidades que tuvieron. Esto me pareció muy interesante. A la vez, Edgar tenía muy claro lo que quería, nos mandaba casos, situaciones. Esto ayuda mucho a crear una química, ya que todos teníamos la misma mentalidad, estábamos en la misma página.

¿Cómo es una mujer mexicana en Estados Unidos con el clímax que se ha creado tras la victoria de Donald Trump?

E. G. : Es difícil, pero creo que para cualquier inmigrante, también lo es para los españoles. Es una cuestión de dividirnos en vez de unirnos. Es lo que él vende, división, la idea de que nosotros somos todos y los demás no importan, y yo soy al contrario, todos unidos somos más exitosos. Cuanto más nos apoyemos entre latinos mejor nos va, yo tengo esa posición, y si todos la tuviéramos estaríamos en otra posición en el mundo, y trato de centrarme en eso. No me puedo preocupar de algo que está fuera de control. Lo único que tengo es un espacio pequeño donde tengo un poco de voz y de control, y puedo vender esto. Las notas que vosotros sacáis sobre latinos vienen muy bien porque en Estados Unidos lo leen, los estudios lo leen. Es como cuando en la escuela pensaban que alguien era cool; a lo mejor no lo era, pero todos lo pensaban, y todo se pega. Entonces creo que si tenemos esa mentalidad ayuda, y en la situación de ser una mujer latina trabajando en Estados Unidos hay muy pocas oportunidades, pero ahora hay más que antes. Cuando Salma o Penélope llegaron no había las oportunidades que hay ahorita, no había personajes escritos para latinas, y por eso las admiro tanto. Había uno cada diez años y, aun así, ellas lo hicieron impecable. Ahora con Internet hay miles de plataformas que han creado una conciencia de diversidad y más oportunidades. Espero que se sigan abriendo más puertas para más mujeres en Estados Unidos.

Al hilo de esto parece que Hollywood es muy contrario a la xenofobia de Trump. ¿Es así o hay problemas en la industria?

E. G. : Toda la gente está en la mentalidad que estoy yo, va más allá de la ideología. Hay una mentalidad de unión y, si no, esto se puede acabar en guerra mundial. Mira todo lo que está pasando en Londres, en Venezuela, en Cuba, en México, en Estados Unidos, en Asia… Es una cuestión más de conciencia, de humanidad, a ver si recordamos que todos somos gente que queremos lo mejor.

Trabajas en los dos medios (televisión y cine). ¿Ves diferencia entre lo audiovisual y los géneros, en cuanto a cómo están siendo tratados más en televisión que en el cine?

E. G. : Al final los actores somos la parte más baja en la pirámide, aunque parezca lo contrario. Gracias a Dios, la televisión se metió en esa mentalidad de cine, aunque Baby Driver es un ejemplo de un guion original con personajes diferentes, y en la televisión la gente tiene exigencia de querer ver lo mismo. La gente se está cultivando una educación visual, y eso es una belleza. Chicos de 16 años ven muchas series y se educan de diferentes géneros. Cuando la cosa se pone más difícil significa que se pone mejor para la industria. Queremos saber más historias interesantes, conocer el universo.

Con las series se ha potenciado el personaje protagonista de la mujer y no tanto en el cine de grandes producciones, ¿no crees?

E. G. : Completamente, hay más tiempo. Con una película no tienes tanto tiempo, pero una serie es una hora diaria. España siempre ha sido catalogada por la calidad de series que hace, como por ejemplo con El tiempo entre costuras. Hacen cosas increíbles y contenidos muy interesantes. Esto obliga a Estados unidos a levantar la barra. Y sí creo que las series han abierto la puerta a muchas mujeres, pero el cine también, como con el ejemplo de Wonder Woman. Yo hago un análisis, y todos los hombres admiran y respetan a las mujeres, nos encanta la diversidad. Si mezclas estas dos cosas como en el caso de Gal Gadot, que es una mujer israelí, fuerte, trae algo refrescante a la pantalla… es lo que la gente quiere. Esto también pasó con Chris Pratt, la gente quiere gente nueva y refrescante, hay tantas plataformas y la gente quiere calidad, y esto se consigue dando oportunidades a gente nueva. Por eso el cine europeo es tan exitoso, no sabes quiénes son los actores y eso te ayuda a clavarte más en un personaje, como Xavier Dolan, que nunca ha trabajado con actores famosos y siempre me han enamorado sus personajes. Sí, el movie star es increíble, pero vivimos en una era donde todo es rápido y la gente quiere más y más, y traer a gente nueva crea oportunidades para todos.

¿Del proyecto de Alita: Battle Angel puedes contar algo? ¿Y del de Robert Zemeckis?

E. G. : Estoy en Alita: Battle Angel con James Cameron, pero no puedo contar nada. Sale el año que viene. Y en cuanto al de Zemeckis, puedo contar que la empiezo a filmar en un mes en Vancouver. Recientemente Diane Kruger se unió al elenco. Tenemos a Janelle Monáe, a Leslie Mann, a Steve Carell, que es el protagonista… y hay más gente que no puedo desvelar. Es una historia basada en un documental llamado Marwencol, que es la historia de Mark Hogancamp, un personaje al que le pasa algo bastante interesante y que tiene que recurrir a una terapia de arte. Este empieza a hacer Barbies y yo haré de una de estas muñecas. Va a ser un proyecto espectacular.

Baby Driver es ritmo frenético, frenos desengrasados, un buen acelerador y calidad en la banda sonora. Una obra maestra más que original. Ahora la pregunta va para vosotros: ¿Os atrevéis a acelerar con Baby, queridos espectadores?

María Páez

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Periodista que considera que para ser una verdadera cinéfila tienes que ser una 007, con licencia para devorar todo el cine. Eso sí, prefiero quedarme atrapada en una cueva con Michael Myers, el payaso de It, Chucky, y la niña de El exorcista que en un palacio con princesas de cuento.