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CINE CRÍTICAS

DOLOR Y DINERO

 

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Lo último de MICHAEL BAY poco tiene que ver con el cine al que nos tiene acostumbrados. Encuadrar DOLOR Y DINERO en un solo género resulta como mínimo un poco complicado, porque lo que empieza como un thriller acaba diluyéndose sin remedio en una comedia negra, aspecto que hará que a más de un espectador le resulte difícil disfrutar plenamente de lo que está viendo en pantalla.

BAY se aleja mucho de su estilo y renuncia a artificiosos juegos pirotécnicos, a guiones planos, y a sus carísimas escenas para presentar su obra más personal y arriesgada. Sí mantiene, en cambio, su adicción a recrearse, con planos detalle en el físico de sus protagonistas (lo de MEGAN FOX en la saga TRANSFORMERS es de juzgado de guardia, para alborozo del público masculino), su cuidada selección musical, y una fotografía igual de cuidada que siempre. Como elementos novedosos nos sorprende la incorporación al relato de una voz en off que presenta al protagonista, interpretado por MARK WAHLBERG, el negocio en el que se mueve (un gimnasio en este caso), sus motivaciones (la obsesión por el culto al cuerpo), y sus ambiciones (ganar mucho dinero y vivir el sueño americano). Todo muy al estilo de SCORSESE, salvando las distancias, por supuesto. Y también nos sorprende su sentido del humor, mucho más evolucionado y sórdido de lo habitual,  que nos recuerda vagamente al cine de GUY RITCHIE, salvando de nuevo las distancias, por supuesto.

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DOLOR Y DINERO cuenta, básicamente, la historia de unos descerebrados, adictos al culto al cuerpo, que a principio de los noventa orquestaron un plan para secuestrar a un empresario y quedarse con su dinero para pegarse la vida padre. Lógicamente el plan es una locura, está poco elaborado, y está perpetrado sin ningún oficio. Esta falta de planificación y sentido común, que también de luces, complicará las cosas hasta límites inverosímiles siendo totalmente indispensable para el espectador recordar en todo momento que está asistiendo a la recreación de unos hechos que realmente ocurrieron. Porque que la realidad supera la ficción es algo que nos viene aquí como anillo al dedo.

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En el plano interpretativo BAY ha dado en el clavo. Los papeles más importantes y complicados caen en DWAYNE JOHNSON y MARK WAHLBERG. Si del primero ya hemos visto incursiones, con más pena que gloria, en el terreno de la comedia; WAHLBERG como líder de la pandilla, rey tuerto en el país de los ciegos, lo clava. No sabemos si WAHLBERG se ha esforzado mucho en este papel o no, pero la verdad es que su construcción del personaje es extraordinaria.

Una rareza que prometía mucho menos visionando el tráiler, y que acaba dando mucho más al espectador de lo que espera, y eso hoy en día es digno de elogio, porque las sorpresas a mejor brillan por su escasez en los tiempos que corren. Los aficionados al mundo del culto al cuerpo sin control vais a disfrutar enormemente, pero no más que sus detractores más acérrimos, bando que engroso desde hace mucho tiempo.

 

LO MEJOR:

  • MARK WAHLBERG está fantástico y demuestra valentía aceptando un papel aún a pesar de todos los ataques gratuitos que servirá en bandeja a muchos críticos que llevan ya tiempo atacándole, haga lo que haga.
  • Es muy divertida.  Algunos momentos son hilarantes, sobre todo si tenemos en cuenta que lo que pasa en pantalla ocurrió realmente.
  • Parecía que no, que esta vez no…pero sí..al final de la película BAY no puede aguantarse y nos regala un par de secuencias con helicópteros.

 

LO PEOR:

  • Su duración. Es muy larga. BAY no sabe comprimir la historia y acortarla a un metraje más moderado. La sobran 20 minutos.
  • Muchos espectadores no sabrán encontrar el punto al sentido del humor.

 

Alfonso Caro

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Alfonso Caro Sánchez (Mánager) Enamorado del cine y de la comunicación. Devorador de cine y firme defensor de este como vehículo de transmisión cultural, paraíso para la introspección e instrumento inmejorable para evadirse de la realidad. Poniendo un poco de orden en este tinglado.